A comienzos del año 1.993 apareció en la página de un periódico matutino la noticia de que había fallecido cierto minero de nombre Jaime Hudson algo que a casi nadie le llamó la atención pues bajo ese nombre el viejo buscador de diamantes y ex presidiario de posible origen trinitario nunca fue conocido, pero con el seudónimo de Barrabás llegó a convertirse en un personaje famoso y no solo en Venezuela sino en Estados Unidos y de Europa por haber encontrado en la zona minera al sur de Venezuela el diamante de mayor tamaño dominado en territorio venezolano.
No existen muchas referencias acerca del hallazgo de aquel espectacular diamante y las que daremos provienen de un pintoresco, pero informativo libro escrito en 1.957 por el experto tasador Natalio Dossom, según éste, cierta mañana en noviembre, no dice que año, pero es bastante probable que fuese a comienzos de los años cuarenta, el trinitario Jaime Hudson mejor conocido como Barrabás, se encontraba junto con otro minero llamado el indio Soler re lavando un barranco abandonado en la vieja mina del Polaco ubicada en el Estado Bolívar en donde otros buscadores ya habían hurgado exhaustivamente, pero, y según así parece Barrabas había detectado en algún rincón de aquel barranco indicios de grafito carbonato algo que y de acuerdo con Hudson generalmente es señal de que en las cercanías a lo mejor podrían existir diamantes.
Lo anterior, provocó que siguieran las formaciones de cuarzo y que los dos mineros continuaran excavando roca adentro pues, el instinto que todo veterano diamantífero posee les indicaba que podrían estar a punto de tropezar con alguna piedra que otros no hubiesen detectado.
Tras varias horas de intenso trabajo habían recogido terrones provisorios y entre ellos lo que al principio y por su tamaño pensaron se trataba de un pedazo de cuarzo recubierto por tierra endurecida, por no dejar y ya dispuestos a marcharse procedieron a limpiarlo notando entonces que aquello más que simple cuarzo parecía un diamante, aun cuando su inusual tamaño les hizo dudar, la experiencia de muchos años y ojos adiestrados que no se deja engañar despejaron cualquier duda, y se dieron cuenta que habían logrado el sueño de todo minero, habían encontrado un enorme diamante de más de 150 quilates.
En Santa Elena de Uairén frontera con Brasil tasadores expertos confirmaron lo auténtico del majestuoso hallazgo y como por arte de magia aparecieron los compradores, un árabe comerciante de víveres en Tumeremo se asoció con los dos afortunados mineros, luego apareció otro levantino procedente de caracas quien serviría de intermediario ante la famosa Joyería de Harry Winston de Nueva York' cerrándose la venta del diamante Barrabas en 263 mil dólares, una inmensa fortuna de la cual Barrabas recibiría la gigante suma de 14 mil dólares, entonces.
Aquella formidable riqueza se le subió a la cabeza a Barrabas, súbitamente transformado de un paupérrimo minero en prodigo botarate, grandes celebraciones, regalos a mujeres, préstamos a nuevos e inesperados amigos, relojes de marca, flamantes trajes de casimir, hasta que aquella bonanza de billetes se esfumó como mantequilla al sol, también los amigos y las bellas mujeres de ocasión , por lo que agotado el dinero Barrabas y su colega e indio Soler debieron regresar a la zona diamantífera con la esperanza de encontrar otro diamante que los hiciera ricos nuevamente.
Como se dijo al inicio Jaime Hudson alias Barrabás falleció en 1993 en sitio de pobreza extrema, añorando quizás la época en que gracias a un diamante de gran tamaño que extrajo del subsuelo todo y todos les sonreían.
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