¿Se le extravió algún objeto?
¿Le deben dinero y no quieren pagárselo?
¿Le robaron una pertenencia?
Pídale con fe a José Gregorio de la Rivera y tenga por seguro que el
objeto aparecerá, el dinero se lo pagarán y lo robado lo encontrará. Haga la
prueba y verificará que lo que le decimos es cierto.
Y si no lo cree lea acá la leyenda del ánima de Gregorio Rivera.
En países como el nuestro perduran algunas leyendas que no paran de dejarnos asombrados.
En Mérida y pueblos cercanos por ejemplo, aún existen personas que le rezan al anima
de Gregorio Rivera para que haga aparecer objetos extraviados o robados, pero
quien era ese Gregorio Rivera? Y que tendrán de cierto unos eventos fantasmales
relacionados con él?.
Hace ya casi 200 años no solo en Mérida sino casi en toda la región
andina Gregorio Rivera era conocido como un hombre recio y embragetado, famoso
no solo por su mal carácter sino por su gran habilidad para hacer negocios, por
lo que su posición era bastante holgada, también a Rivera lo conocían por celar
con mucho afán y locura a su esposa Josefa, una mujer honesta, y fiel a toda
prueba, era tanta aquella patológica obsesión que la celaba hasta de su propio
familiar, algo que llegaría hasta el punto que la angustiada dama no aguantará más y tomara
la decisión de huir a refugiarse en el convento de las Clarizas también en la
Ciudad de los caballeros.
Cuando Gregorio Rivera se enteró de la huida de su esposa, enfurecida y
ciego de locura tomó una escopeta y fue a recuperar según él a su esposa. Al
llegar las monjas lo recibieron y temiendo por la vida de Josefa se negaron a
entregársela y llamaron de inmediato al respetado arzobispo de la ciudad, fue
aquello lo que desencadenó una terrible tragedia.
Loco de rabia porque no le devolvían a su esposa la mente trastornada de
Rivera le hizo creer que el culpable de todo era el capellán de turno Don
Francisco de la Peña un respetable creyente. Ya enloquecido se apresuró hasta
su casa y una vez allí, y sin mediar
palabra alguna le disparó a quema ropa matándole de inmediato.
Dándose cuenta de la barbarie que había cometido el asesino huye a
caballo hacia el monte cabalgando toda la noche por entre serranías, ondanadas
y vereda montañosas hasta que más o menos a las tres de la mañana le sucedió
algo escalofriante….
Cerrándole el paso se encontraban varios jinetes vestidos de blanco, dos
de ellos con voces cavernosas le preguntaron hacia donde se dirigía. De la mala
gana, pero impresionando por la vestimenta y el tono de voz de los conocidos Rivera
tartamudeó y respondió que viajaba hacia un lugar llamado San Rafael en la
frontera con Colombia, los jinetes de blanco colocándose a su alrededor le
ordenaron que más bien les siguiera a ellos.
Seria así como ya casi al amanecer tras una larga y extenuante cabalgata
entre esos jinetes fantasmales el asesino se dio cuenta horrorizado de algo
increíble. Y era que tras esa jornada sepulcral sin saber cómo o porque se
encontraba de nuevo en Mérida, lugar del cual había huido tras el atroz crimen
que cometió.
Seria tal la impresión de Rivera que se entregó inmediatamente a las
autoridades de la ciudad. Sumariamente
juzgado sería fusilado en la plaza mayor de Mérida, y según cuenta la
leyenda antes de morir se arrepentiría públicamente no solo de haber asesinado
a un religioso sino de haber acusado de adultera a su fiel esposa Doña Josefa.
Tal como se comenzó al principio es
posible que todavía en Mérida o poblaciones cercanas haya quien le rezan al
anima de Gregorio Rivera le rezan para que haga aparece objetos perdidos,
ignoramos por qué en el más allá le dotaron de esa facultad que a todos nos
deja asombrados.
Agradeceríamos mucho que lo compartieras en los comentarios
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